Ante una coincidencia significativa podemos reaccionar de tres maneras: podemos llamarla “casualidad" y darle la espalda con la mente bien cerrada; podemos considerarla magia -o telepatía, o telekinesis-, lo que no es mucho más útil o informativo... O podemos postular la existencia de un principio de acausalidad y usar esa idea para investigar el fenómeno más a fondo.
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